Salta de Agua de Arripas

Valle de Ordesa: Es preciso rendir pleitesía a un espacio natural que ya alcanzó la prerrogativa de Parque Nacional en 1918. Un espacio de “esos Pirineos, capaces de dar a los santos del cielo, nostalgia de la tierra” como diría Russell. Valle abierto, espacioso, pintado en matices de verde según el tipo de su boscaje, como un regalo o un descanso para “cualquier viajero que traiga arideces en los ojos”. Testigo de innegable valor de la actividad erosiva, del modelado glaciar de los circos a la impronta fluvial. La naturaleza ha querido concentrar sus fuerzas y recursos en el cuadro vivo y total de su poder. Un valle de estructura especial y aspectos geológicos singulares, relieve y forma características, determinadas por su naturaleza calcárea. Fortalezas poderosas, auténticos lienzos de muralla, circos en anfiteatro, acantilados enamorados de la posición vertical, estratos horizontales, coloristas areniscas de Marboré, fajas en declive, abruptas paredes, proas y bloques, como centinelas, de pieles rugosas, mal cinceladas por los siglos y la erosión.
Fuente: Guía de Visita: P.N. de Ordesa y Monte Perdido

Es difícil parar de hablar del Valle de Ordesa, lo visitado en verano e invierno y sin duda es un paraíso, trataré de volver en primavera y otoño, sin duda no dejará de sorprenderme.

Hay infinidad de recorridos, el de hoy el más sencillo, eso sí, con el añadido de la nieve, sin duda lo más espectacular del día.

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