Hoy nos hemos acercado a Sot de Ferrer, bueno, nosotros y mucha gente, había una carrera en la población, como la carrera empezaba a las diez de la mañana, decidimos lanzarnos a hacer el recorrido del SL-CV 116, pequeño recorrido, con algunas cosas interesantes, algunas ya las conocíamos y otras, así que día completo, además, hemos conseguido terminarlo antes del comienzo de la carrera, hasta nos ha dado tiempo a almorzar antes que termine.
El recorrido no tiene pérdida, la verdad es que está bastante bien señalizado, alguna cosa puntual que mejorar, pero se puede seguir, así que os cuento lo que hemos visto en el recorrido.
Cuevas del Terrero:
Las Cuevas del Terrero son uno de los numerosos refugios excavados durante la Guerra Civil Española para cobijar a la población de Sot de Ferrer de posibles bombardeos.
Un repique de campanas era la señal de aviso para que los vecinos salieran de sus casas y se dirigieran hacía los refugios, pues avisaba de la inminente llegada de la Pava, avión de reconocimiento Heinkel He-46C que siempre precedía a los bombarderos.
A pesar de que Sot de Ferrer era considerada zona poco conflictiva, durante la contienda, fue bombardea en alguna ocasión. Todavía se recuerda las dos bombas que cayeron en las calles de la Amargura y San Joaquín causando numerosos destrozos.
Navajo León, un viejo recogedor de agua de lluvia:
El Navajo León es una construcción rural de piedra de principios del siglo XX que servía para recoger el agua de lluvia y almacenarlas. Este lugar fue sitio de encuentro y descanso para cazadores y pastores, pero sobre todo para la gente del pueblo que diariamente subía con sus animales para trabajar la tierra. El agua, fresca y limpia, saciaba la sed del agricultor y de las caballerías.
Calera de San Antonio:
Utilizada hasta los años 60, el horno de cal o calera, era una construcción tradicional en la que, con fuego, se convertía la piedra caliza en cal.
El proceso consistía en calcinar la piedra hasta transformarla en cal viva. Las piedras se colocaban formando una falsa bóveda bajo los cuales se encendía una hoguera que se mantenía casi a 1000ºC durante 3 días y 2 noches.
La cal, mezclada con agua y arena, se usaba como mortero en la construcción; para elaborar pinturas murales con la técnica del fresco; para blanquear paredes; como insecticida en árboles frutales; para impermeabilizar y desinfectar estanques y aljibes; o fabricar papel.