En la Punta de Secús

Senda de Camille

Etapa 6: Camping Selva de Oza al Refugio de Gabardito

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La Senda de Camille

🐻 El origen de la Senda de Camille está profundamente ligado a la historia del último oso pardo autóctono de los Pirineos: Camille. Este oso, de la subespecie ursus arctos pyrenaicus, habitó durante más de 25 años los valles y montañas que hoy recorre esta travesía. Fue visto por última vez en 2010, y se cree que murió ese mismo año, marcando el fin de una era para la fauna salvaje pirenaica2.

🌲 ¿Por qué se creó esta ruta?

  • Homenaje a Camille: La ruta fue diseñada como un tributo a su memoria, siguiendo los pasos de su hábitat natural.
  • Concienciación ambiental: Busca sensibilizar sobre la conservación del oso pardo y la biodiversidad de los Pirineos.
  • Promoción del ecoturismo: Fomenta un turismo sostenible en una de las zonas más salvajes y menos transitadas del Pirineo occidental.

🧭 Un recorrido simbólico

La ruta conecta refugios y paisajes que Camille pudo haber recorrido: bosques de hayas, ibones glaciares, collados fronterizos y valles remotos. Incluso, a lo largo del camino, verás huellas de oso pintadas como señalización simbólica.

Hoy en día, aunque Camille ya no está, la población de osos en los Pirineos ha crecido gracias a la reintroducción de ejemplares provenientes de Eslovenia.

🐻 El oso que burlaba todas las trampas

En 1998, Camille se asentó en el valle de Roncal, en Navarra. Aquel año fue especialmente duro para los pastores: Camille atacó más de 200 ovejas, lo que generó una gran tensión entre los ganaderos y las autoridades medioambientales. Para evitar represalias y proteger tanto al oso como al ganado, el Gobierno de Navarra intentó capturarlo con una trampa especial: un collar con transmisor GPS que permitiría seguir sus movimientos en tiempo real.

Pero Camille no era un oso cualquiera. A pesar de los esfuerzos de los técnicos, logró evitar todas las trampas. Mostró una inteligencia y cautela sorprendentes: detectaba los cebos, evitaba las zonas vigiladas y desaparecía durante semanas sin dejar rastro. Era como un fantasma entre los hayedos y los collados.

Los guardas forestales llegaron a decir que “Camille parecía saber cuándo lo estaban buscando”. Su habilidad para eludir la captura lo convirtió en una figura casi mítica entre los habitantes del valle. Algunos lo veían como un símbolo de resistencia salvaje; otros, como una amenaza impredecible.

Hoy, esa astucia forma parte del mito que rodea a la Senda de Camille. Caminar por esos senderos es, en cierto modo, seguir las huellas de un fantasma que nunca quiso ser domesticado.

Texto creado con Microsoft Copilot

Salimos del camping en dirección al Puen de Oza, antes de llegar a el cogemos un sendero a la izquierda que nos lleva remontando el barranco de Espata hasta la zona del refugio de lo Castillo d’Acher, cogemos el camino que sube al castillo pero sin llegar a su cima, lo dejamos para seguir en dirección a la Collada de lo Barcal primero y luego a Achar de los Hombres, en este punto giramos a la derecha y nos dirigimos a Achar de los Machos, antes de llegar al paso Constanza y yo nos desviamos para subir a los búnkeres del Secús y de paso a la Punta de Secús, las vistas son increíbles, mires donde mires, después de las fotos de rigor bajamos hacía Achar de los Machos por donde bajamos al Tascón de Ameyas y luego a Paúl de Secús, a partir de este punto la cosa ya se suaviza, dejamos atrás la zona de piedras y cogemos el sendero, que por el Barranco de Taxeras, nos lleva hasta el Refugio de Gabardito, donde finaliza nuestra etapa.